La importancia de las preguntas
En Diciembre visité la Universidad San Antonio de Murcia de nuevo, más conocida como UCAM, para comenzar una nueva edición del Master en Neurorrehabilitación.
Los veinte participantes empezaban su formación en el Concepto Bobath con el primer curso de los dos que van a recibir dentro del Master, el “Curso de Introducción al Concepto Bobath. Movimiento Normal”.
Ya tengo una moderada experiencia en este curso, por lo que la distribución del temario y la gestión del tiempo están bastante controladas. Así que hasta la fecha nunca me había encontrado con quedarme corta de tiempo ya durante las primeras cuatro horas del primer día. Fue una sorpresa. Y grata.
La razón de ello era que los veinte participantes eran muy preguntones. Ellos mismos así se calificaban. Por supuesto, yo doy fe de ello. Y cuando las preguntas se suceden tan seguidas, pasa que algunas se cierran rápidamente, otras dan pie a algún debate muy interesante en el que participan todos, otras piden obligatoriamente meterse en terrenos más profundos por lo interesantes y lo relevantes, otras despiertan nuevas dudas a otras personas, que provocan una cadena más o menos larga de preguntas “enganchadas” a su origen… Del modo que sea, esta gran cualidad que es preguntar se traduce en una inversión de tiempo que puede no estar contabilizada.
Este grupo me ha hecho reflexionar acerca de lo bueno de preguntar, porque realmente yo disfruté con ello. Así que ahí van mis conclusiones:
– Si alguien pregunta, es que está escuchando.
– Si alguien pregunta, es que quiere entender.
– Si alguien pregunta, es que está interesado.
– Si alguien pregunta, es que tiene un punto de valentía, u osadía.
– El tipo de pregunta proporciona mucha información al que la recibe: cómo nos estamos haciendo entender, qué nivel tiene el preguntador o qué respuesta está necesitando.
– Las preguntas tienen el potencial de que todos podemos aprender: preguntadores y preguntados.
– Las preguntas son auto-exámenes para los que las reciben. Pueden ser un buen estímulo para conocer nuestras habilidades, para reconocer nuestros conocimientos, para identificar nuestras lagunas.
Sólo me queda agradecer a estos veinte participantes el clima tan bueno que se respiró durante el curso.
Seguiremos aprendiendo.