Las costumbres hacen leyes

Es una frase que suelo utilizar con frecuencia.

Si vas a trabajar en tren, y tienes la costumbre de sentarte, por ejemplo, en el primer vagón, entrando en los asientos de la derecha, eso es lo que vas a repetir cada día que subas al tren.

Si cuando te duchas tienes por costumbre ponerte el albornoz empezando con el brazo derecho, eso es lo que harás cada vez que te duches.

 

Si en algún momento has decidido que sería bueno para tu salud no coger el ascensor cada vez que subas a tu casa o a cualquier otro edificio de pisos, y empiezas a ponerlo en práctica cada día religiosamente, eso es lo que harás cada vez que llegues a tu casa, porque lo convertirás en costumbre, y no te costará ningún esfuerzo, ni físico ni mental, ya que la decisión fue tomada en su día y ni te lo planteas ya.

¿Es acaso negativo para nosotros actuar por costumbre en muchas ocasiones cotidianas?, ¿deberíamos cambiarlo porque siempre hacemos las cosas del mismo modo y la variabilidad es necesaria?,¿es bueno que busquemos el mínimo gasto energético en algunas actividades o tareas?.

Ante la primera cuestión (si es negativo para nosotros actuar por costumbre), creo que para nada es negativo acostumbrarse a hacer las cosas de una determinada y única manera, siempre que no sean el 100% de las cosas (cosa difícil por otra parte), y siempre que sepamos que si las tuviéramos que cambiar seríamos capaces (que no estamos tan «encerrados» en un único modo que nos limitemos a nosotros mismos).

En cuanto a la segunda cuestión (si deberíamos cambiarlo porque la variabilidad es necesaria), pienso que hay que introducir variabilidad en nuestro día a día, y que habría que guardar un sano equilibrio entre lo que hacemos por costumbre y lo que hacemos variando.

Y la tercera pregunta (si es bueno que busquemos el mínimo gasto energético en algunas actividades o tareas) la contesto diciendo que por supuesto que es bueno. Nos volveríamos locos si todo aquello que hacemos en el día tuviéramos que pensarlo y hacerlo de un modo nuevo y diferente cada vez. Está muy bien encontrar cada uno de nosotros el camino que más se nos acopla al modo de hacer las cosas, y quedarnos con él.

¿Cómo llevar estas reflexiones a nuestro trabajo diario?. Muy fácil. Tener en mente siempre que también en lo que hacen nuestros pacientes «las costumbres hacen leyes». Y en este caso no me refiero a que, por supuesto, pueden estar realizando actividades diariamente de un modo poco eficiente, e incluso perjudicial a la larga. Tengo claro que esto sucede, pero ahora me pongo en la situación en positivo. Vamos a ello.

Mi paciente (por ejemplo) se tiene que sentar un número determinado de veces a lo largo del día. Sí o sí. Pues bien. Me voy a aprovechar que seguro que lo va a hacer para indicarle que, cada vez que se siente, tenga en cuenta hacerlo dejando caer ambas rodillas hacia delante por igual durante el descenso hacia el asiento. Se lo explico, lo practicamos en la sesión, lo repetimos, si es necesario lo grabamos con su teléfono móvil para que lo visualice, y vamos mostrando interés a lo largo de los días para que sepa que deseamos que lo haga por tales motivos. Es altamente probable que en unas semanas siendo constante lo introduzca como costumbre y lo haga sin pensar. Ése sería nuestro objetivo.

Otro ejemplo sería, ya que nuestro paciente tiene que lavarse los dientes, afeitarse, lavarse la cara, peinarse, maquillarse o cualquier actividad que haga frente al lavabo del baño cada día (bien sea en bipedestación o en sedestación), podríamos decirle que coloque su mano no activa (en el caso de que esté de pie), o su antebrazo a la altura del codo (en el caso de que esté sentado) sobre la encimera del lavabo, o sobre el borde del lavabo mientras realiza con el otro brazo ( o le realizan, porque es posible que no pueda de manera autónoma) la tarea cotidiana.

Y como esos ejemplos, cualquier otro. Solamente necesitamos conocer bien el caso, las condiciones y necesidades de nuestro paciente, y elegir algo que, «colándolo» como quien no quiere la cosa dentro de su rutina habitual, haga camino en su evolución y nos ayude a avanzar en nuestro trabajo con él.

Pensemos que todo puede sumar.

Pensemos que no es mejor hacer más. Se puede hacer de otro modo.

Pensemos que menos es más. No es necesario grandes cambios. Es necesario integrar los relevantes.

 

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1 respuesta

  1. Belén dice:

    Así es. Mi «apretar culo» cuando estoy de pie es ya una ley