Estudio de la marcha y Concepto Bobath
En mi trabajo diario veo pacientes adultos con trastornos neurológicos, y, como muchos de mis compañeros que trabajan con el Concepto Bobath, tenemos el privilegio de conocer bien nuestros casos, seguirlos de cerca, implicarnos profundamente en el tratamiento, en la evolución y en los objetivos de cada individuo. Y, precisamente por ello, por estar tan cerca, necesitamos gente que nos ayude a medir nuestros resultados objetivamente. Al menos yo necesito que alguien ajeno a mi trabajo, alguien que no esté implicado en el caso, lo valore, analice su evolución con los medios adecuados, alguien que esté dedicado al campo del análisis del movimiento.
Tengo la suerte de tener a ese alguien de compañero y amigo.
Se llama Javier Martínez Gramage, y tiene los conocimientos, los medios y las ganas para realizar, como se debe hacer, los estudios comparativos de la marcha de mis pacientes.
Ricardo es un chico de 34 años que sufrió un accidente vascular secuela de una intervención de Neurocirugía en Noviembre de 2013.
Comienza el tratamiento con el Concepto Bobath en Febrero de 2014, y en Marzo realizamos el primer estudio biomecánico de la marcha, donde se evalúa:
- El análisis de las presiones plantares
- El análisis dinámico de la marcha
- La acelerometría
Para ver cómo caminaba Ricardo en esa fecha, aquí se le ve durante unos segundos:
Tras un trabajo intensivo diario, con tareas para casa y en la calle, con una impecable dedicación del paciente (exclusividad absoluta durante seis meses), vamos reduciendo progresivamente las sesiones, ampliando las horas que él dedica a caminar y a ejercicios de gimnasio interesantes para su caso (consensuados con el monitor), junto con piscina.
Cuando pasa algo más de un año de la valoración, seguimos realizando sesiones de dos horas una vez por semana y haciendo prácticamente su anterior vida normal (trabajo y deporte).
Ricardo, en abril de 2015, camina de este modo:
Hemos interrumpido el tratamiento Bobath para observar su evolución sin ningún estímulo del tipo terapéutico durante todo el verano, manteniendo unas plantillas que le facilitan el mejor posicionamiento del pie, y su constancia en la práctica de la actividad física semanal.
Recomiendo profundamente la práctica de estas valoraciones, como terapeuta clínica dedicada exclusivamente al día a día de mis pacientes. Es una perfecta simbiosis (clínico/investigador), que nos ayuda a la toma de muchas decisiones bien armadas dentro de nuestro campo.
Por último, una breve explicación de mi compañero Javier, donde relata las pruebas que se le han realizado a Ricardo: