Artilugios Bobath
Como bien dijo en su día Berta Bobath, «no hay pelotas Bobath o camillas Bobath, todo depende de lo que se haga con ellas».
Así que toda aquella camilla donde se trabaje con el Concepto Bobath, será camilla Bobath, toda pelota con la que realicemos una sesión con el Concepto Bobath, será pelota Bobath, y todas las manos que faciliten y traten según el Concepto Bobath, como las mías, son manos Bobath. Lógico. Y fácil.
Si seguimos por esa coherente línea, mi mente Bobath, a lo largo de su trayectoria, ha ideado algunos objetos o artilugios que hacen más fácil a mis manos Bobath el trabajo con pacientes neurológicos. Así pues, los denominaré «Artilugios Bobath».
Al buscar el significado de la palabra «artilugio», vienen varias acepciones, algunas de las cuáles paso a comentar:
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Mecanismo, artefacto, sobre todo si es de cierta complicación. Este significado no refleja fielmente el sentido que yo quiero darle a la palabra, ya que son más bien objetos sencillos, nada aparatosos. De hecho son de uso frecuente, conocidos, pero que se les da una función diferente de la original.
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Ardid o maña, especialmente cuando forma parte de algún plan para alcanzar un fin. En este caso, sí que me apunto a esta definición, me identifico con ella. Gracias a estos «artilugios», como a mi me gusta llamarlos, llegamos a lograr nuestro objetivo concreto con el paciente.
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Herramienta de un oficio. Desde luego que sí. Los considero herramientas que ayudan a mis manos y mi cabeza (que también las considero «herramientas») a desarrollar mejor mi trabajo.
Creo que éste es uno de los motivos por los que el Concepto Bobath dejó, en algún momento de su evolución, de llamarse Método Bobath.
La palabra Concepto hace alusión a «idea, pensamiento», y deja paso a que cada terapeuta lo individualice, no sólo con cada paciente, sino de manera personal. Y éste es justamente el componente que necesito para continuar aquí. No me puedo aburrir nunca.