La vuelta al cole

Ya estamos terminando el mes en el que empieza toda la actividad tras el reposo veraniego.

Las clases y los cursos se paran, los trabajos se interrumpen, rompemos con la rutina, desordenamos maravillosamente nuestras vidas…. pero todo eso no dura demasiado. Regresamos todos al punto donde lo dejamos, por suerte, porque podemos, y queremos.

En mi caso, al ser madre además de profesional, me toca volver también al punto donde lo dejé con mis hijas. Es decir, de vuelta a madrugar, a los libros, deberes, almuerzos, deportes periódicos y reuniones con profesores.

En la reunión de inicio de curso de mi hija pequeña nos prepararon una presentación audiovisual en la que hablaban, entre otras cosas, de lo que se espera de nuestros hijos durante el curso y en esta edad en la que se encuentran. Y al leerlo pensé: » estoy convencida de que el que ha hecho esto no ha pensado que no sólo lo querríamos para nuestros hijos», y, acto seguido, volví a pensar: » he aquí el tema de mi primer post tras las vacaciones». Y así ha sido.

El pantallazo en cuestión, con los puntos a considerar, se titulaba así:

Fundamental

Buena palabra. Consistente. Si la buscas en el diccionario te da estas opciones:

  1. Que sirve de fundamento o de base.
  2. Que es muy necesario o muy importante para algo.
    Casi nada. Algo que es muy necesario para nuestros hijos.
    Y he aquí el listado:
  • Constancia
  • Orden y limpieza
  • Esfuerzo
  • Trabajo en equipo
  • Que les guste aprender
  • Comunicación con profesores

¿Cómo, leyendo de golpe todos los puntos, no los iba yo a valorar? Desde luego que son fundamentales, importantes y necesarios, pero para todos nosotros, incluyendo a nuestros pacientes. Así que he hecho la – para mi- inevitable comparación, aplicando estos principios a nuestro trabajo.

La comparativa

Constancia

Cómo no. Si no somos constantes, tanto nosotros como nuestros pacientes, ¿qué vamos a esperar de la terapia?. No se me ocurre otro modo de lograr algo que no sea repitiendo, insistiendo, trabajando día a día, semana a semana, mes a mes. Y sabemos bien que esto es para valientes, porque no se llega a la meta en seis meses ni mucho menos.

Orden y limpieza / rutina diaria

Podríamos adaptar este punto a poner orden en nuestra rutina diaria, a llevar una vida más o menos ordenada. Seguir unas pautas que conocemos como saludables, buenas para nosotros, y respetarlas cada día porque sabemos que nos van bien, aunque nos cuesten esfuerzo. Son cosas diferentes «saber» lo que tenemos que hacer para estar mejor o «hacer» lo que tengamos que hacer para estar mejor.

Esfuerzo

No se trata de matarnos o desfallecer consumiendo la energía que tenemos.

No se trata de hacer un sacrificio sobrehumano cada día.

Se trata de no relajarse, dejarse o acomodarse… y seguro que todos entendemos lo que estamos diciendo.

Cuesta muy poco no hacer… es tan fácil…. Lo realmente difícil y heroico es plantearme hacer cada día lo que pueda hacer, siendo honesto conmigo mismo, y esforzarme por ello, pensando en cada día como una unidad aislada de tiempo, que empieza por la mañana y termina por la noche, y empleando la energía necesaria para resolver el presente.

Pero hay que hablar también del esfuerzo excesivo, ese que roza lo patológico. Aquellas personas que no saben parar, que si no están en continuo esfuerzo y sacrificio se sienten culpables. Y las hay. Yo las conozco. Y trato con ellas a diario. Para todas esas personas va dedicada esta frase: «Menos es más».

Trabajo en equipo

A mi me encanta decir que el paciente y yo somos un equipo. Porque así lo siento, y porque se entiende perfectamente lo que se quiere decir.

Y no desaprovecho ocasión para decírselo también a él, porque pienso que de ese modo puede percibirme como alguien cercano, que quiere ayudar a lograr sus deseos en la terapia, y con quien merece la pena comunicarse y compartir.

Que le guste aprender

Este punto igualmente me sirve para comparar el colegio con mi trabajo. Sería maravilloso si lográsemos que los alumnos estuvieran motivados. Tienen tanta plasticidad y creatividad que sólo con la motivación el aprendizaje fluiría libremente.

Pues del mismo modo encuentro extraordinario que un paciente que yo trate esté tan motivado y con tantas ganas que el aprendizaje, el disfrute, la experiencia de movimiento, el conocimiento de su cuerpo, la capacidad de cambio, fluyan en él.

Comunicación con profesores / comunicación con terapeutas, familia, cuidadores

Si cambiamos «profesores» por «terapeutas» o por «cuidadores» o «familia» creo que se entiende perfectamente lo positivo que sería.

De nuevo terapeuta y paciente somos un equipo, y existe entre nosotros una continua comunicación. Ello implica confianza, puesto que no hay posibilidad de buena comunicación sin ella. Y son valores que queremos y fomentamos: me siento una persona en quien se puede confiar, y fomento por tanto la confianza y la comunicación conmigo. Esta sería la idea.

No puedo evitar despedirme con esta frase del blog de «Mi Belenchu» . Me encanta:

«Esfuérzate siempre. Y hazlo por tí, por sentir lo que vales, por conocerte y por saber lo que eres capaz de alcanzar.

No midas nunca tu valía por los logros que puedes alcanzar, sino por lo que eres capaz de esforzarte»

«Sin equipaje» de Ku Nim Sahn

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1 respuesta

  1. BELÉN dice:

    Qué bonito, Sonia. Me has emocionado. Es tan cierto todo…
    Dejo estas líneas de Machado:
    «Caminante, son tus huellas
    el camino y nada más;
    Caminante, no hay camino,
    se hace camino al andar.
    Al andar se hace el camino,
    y al volver la vista atrás
    se ve la senda que nunca
    se ha de volver a pisar. »

    …Y te sientes tan orgullosx tras ‘andar’ ese camino…
    Besos 🙂